Utopía

Utopía, dicese a la representación de un idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente, mediante una crítica de éste. Eso es lo que realmente siento cuando tengo que hablar de mi curriculum de amores, mejor dicho, de mi curriculum de decepciones, desengaños, amores no correspondidos y/o imposibles. Respecto a esto he escuchado muchisimas cosas, que ya te llegará, que he mirado mal, que me quede quieto que ya aparecerá, vamos, lo de siempre para que te sientas consolado y no caiga en lo he siempre, comer helado y/o chocolate llorando viendo una peli romántica y/o escuchando temas triste en una radio que por ni cual pondrías un día normal de "no-bajón". Utopía. Utopía, la de creer que algun día encontrarás llegará ese alguien con el cual te lo puedas ir al cine/teatro/exposición/concierto/ u otra alternativa no encontrada en la anterior lista de palabra, y que al finalizar puedas mirarlo con unas pícaras sonrisa y miradas. Alguien con el cual, un simple paseo, se convierta en algo especial, con varios robo de besos con intimidación y alevosía, en el que termines sentados en un mismo banco besandoos con el deseo que se pare el tiempo, y sin que hubiera un mañana por venir. Alguien, con el cual te pueda hacer una sorpresa emotiva en la cual llorés mientras te plante el beso jamás dado. Alguien con el cual, el termino "intimidad" se comparta mutuamente, con el beneficio de saber que puedes contar con él para lo que quieras y que jamás te fallará. Hacerte tener una sensación de seguridad con elevación espontanea cuando piensa en él, con una recomendación a la vida y al destino de que si puede durar lo maximo posible o siempre, se agradecería. Utopía. Esa nube en la que tenemos nuestros, en este caso mis, pajaritos, en la que creemos que esto pasará, seremos felices, nos olvidaremos de ciertos problemas y comeremos perdices, convirtiendose el camino de puras rosas rojas. Utopía. ¡Qué malditos soñadores de mierda estamos hechos algunos! Pues aquí teneis a un utópico de mierda, uno a quién le gusta seguir soñando con el amor perfecto, duradero, y verdadero, cuando la realidad es realmente otra, una realidad que puede comparar como un mezcla perfecta de tragicomedia y call tv, con los llamamientos cual presentadora de estos "tele-timos". Un utópico que le gusta esperanzarse en que la utopía se hará realidad, cuando realmente, la realidad empeorá a la ficción, con fracaso estepitoso cual loco intentando proponer una remodelación moderna al estilo Calatraba de la Mezquita-Catedral de Córdoba. La ilusión y la esperanza hacen mantener esto, de lo que creo, que nunca llegará al ser una utopía alimentada por un loco iluso y seudo-pesimista. Utopía.